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domingo, 10 de agosto de 2014

La explicación como género discursivo 2ª parte

Texto 3
El ferrocarril

Hacia finales del siglo XIX la red ferroviaria pasaba por la mayoría de los centros urbanos de importancia, como Salto, Paysandú, Mercedes y San José. Las vías ferroviarias acercaron a los centros urbanos creando una red de pueblos y modificando el paisaje de la campaña.
El diseño de la red ferroviaria tuvo como punto de partida la ciudad de Montevideo, por eso se le llama diseño radial. El ferrocarril, además de ser un medio de transporte de mercaderías, fue un vehículo de difusión de pautas culturales montevideanas, junto al ganado viajaban las personas, los ejércitos y las ideas.
Aunque el ferrocarril pretendió conectar el puerto con el litoral argentino y las provincias del sur brasileño, zonas de mayor producción y densidad poblacional para los historiadores Juan Rial y Jaime Klaczo, ello no se concretó por la competencia de las líneas férreas de la provincia de Entre Ríos y de Río Grande. El ferrocarril fue para los ingleses un negocio de inversión de capitales que el Estado uruguayo garantizaba. La unión de centros poblados, el transporte de bienes y personas y el uso político-militar fueron sus cometidos. Esto alentó el desarrollo de pequeños mercados locales, pero no tuvo como finalidad la promoción social ni económica. Sin embargo donde el tren establecía una parada, nacieron una variedad de actividades comerciales y muchos pueblos de la campaña tuvieron su origen en torno a la estación del ferrocarril.
De acuerdo con las investigaciones de Rial y Klaczko, estas poblaciones nacieron junto a las estaciones de tren que tenían como objetivo la embarcación de ganados. A su lado surgían la escuela y el “boliche” que daban inicio a pequeños pueblos. Tal es el caso de Cardona. Otras veces el propietario del campo ubicado alrededor de la estación, subdividía el terreno en pequeños lotes y los vendía. Esta actividad derivaba en la creación de pequeños centros poblados, como lo fueron en sus comienzos Achar, Guichón, Tarariras o Casupá.
Junto al ferrocarril se desarrolló el tendido telegráfico que hizo posible mejorar las comunicaciones. El historiador Alcides Beretta nos informa que los inmigrantes, apoyados por el Estado, también invirtieron en las líneas para el telégrafo, que se convirtió en un instrumento clave para las comunicaciones del ejército, el comercio y el propio ferrocarril.
El siglo XX vio decaer lentamente al ferrocarril y el telégrafo y su sustitución por la carretera como vía de transporte y comunicación, junto a la difusión de otros medios de comunicación, la radio y la televisión, por ejemplo.
(Comprender el mundo actual. Tercer año de Ciclo Básico.)



La presentación del tema en este texto se realiza según los parámetros peculiares de la explicación más convencional. Es un texto didáctico, del libro de tercer año de Ciencias Sociales de Ciclo Básico. En su primer párrafo se realiza una esquematización inicial, tal como Adam declara que algunos textos explicativos pueden tener. A continuación se describen las características fundamentales de la red ferroviaria en Uruguay en el siglo XIX, su propósito, sus consecuencias, su naturaleza.

En su apariencia es totalmente objetivo, está redactado en tercera persona, y los verbos son esencialmente del modo indicativo, lo que permite clasificar sus enunciados como asertivos. La estructuración sintáctica oracional tiene en su mayoría estructuras canónicas sujeto-verbo-objeto, y la organización pragmática sigue rigurosamente una coherencia temática de información vieja más información nueva en cada enunciado, que además se manifiesta en el uso de pronombres que refieren a enunciados anteriores.

Sin embargo, este texto no es totalmente objetivo, a pesar de su apariencia. Se manifiestan, aunque impersonalmente casi, ciertos asertos que evidencian una evaluación por parte del enunciador global L0 de algunos aspectos históricos. La primera de ellas la realiza citando las opiniones de algunos historiadores: Juan Rial y Jaime Klaczo. Según estos historiadores citados (nos encontramos aquí también con diversas capas enunciativas), la competencia con las vías férreas de las provincias limítrofes Entre Ríos y Río Grande impidió que el ferrocarril uruguayo conectara el puerto con el litoral argentino y el sur brasileño. El verbo “pretendió” supone en sí mismo una evaluación de la situación por parte de L0.. Y lo avala con las opiniones de historiadores L1. Por lo tanto, se dice que lo que se quiso hacer no pudo hacerse.

Estos ejemplos muestran cómo un texto, a pesar de ser totalmente objetivo, puede mostrar facetas subjetivas sin pretenderlo en una primera instancia. Kerbrat-Orecchioni menciona que no existe, en realidad, ningún texto totalmente objetivo, puesto que siempre el enunciador global marca en él su intención. Si bien en este caso la intención es informar y no opinar, y lo hace así en su mayoría, hay evaluaciones que se deslizan.

La segunda evaluación se realiza en tono más impersonal todavía. “El ferrocarril fue para los ingleses un negocio de inversión de capitales que el Estado uruguayo garantizaba”. Este aserto se ve avalado por el propio entorno colectivo cultural, y por los enunciados que siguen a este, donde se mencionan los beneficios que el transporte de mercaderías y personas traía a la compañía. El hecho de que uniera centros poblados era uno de sus “cometidos”, y, aunque no buscado directamente, trajo también beneficios económicos como consecuencia.

2.5. El papel de la gramática en la interpretación de los contenidos

La oración citada en el apartado anterior, último párrafo, merece una consideración especial, por su construcción sintáctica, que es prototípica de esta clase de textos. La explicación se destaca, como ya se ha mencionado en el texto 2, por la presencia abundante de subordinadas. Esto, sin lugar a dudas, dificulta la comprensión del estudiante. A esto se suman otras determinantes, que suponen lo siguiente: todo texto está construido pragmáticamente, además de sintácticamente. En cada enunciado se pueden observar estos dos niveles de interpretación. A veces, la organización pragmática de información conocida e información nueva, relevante, no es la ideal para que el estudiante entienda lo que se quiere decir, si esta última aparece compleja desde el punto de vista sintáctico.

Tal es el caso del enunciado citado. En él surge una organización pragmática convencional: “el ferrocarril” es el tema, la información conocida, y aparece primero. La información relevante, que es la que el estudiante debe buscar cuando estudia, se da después. Pero la complejidad sintáctica dificulta su comprensión. Véase por qué: “...fue para los ingleses un negocio de inversión de capitales que el Estado uruguayo garantizaba.” Destacamos en esta información relevante, dos dificultades, que están en los elementos sintácticos subrayados.

La organización sintáctica de esta oración es la de un verbo que tiene solo tres adyacentes. El sujeto, “el ferrocarril”, que en este caso coincide con la información conocida, es decir, aquello de lo que se habla, hecho que no siempre ocurre así, y el docente tendrá el cuidado de aclararlo siempre al alumno. 1 Otro adyacente es “para los ingleses”, que es un circunstancial en el que se dan las informaciones concernientes en este caso al interés desde el punto de vista semántico (es a los ingleses a quienes les reportaba beneficios esa inversión). El tercer adyacente es “un negocio de inversión de capitales que el Estado uruguayo garantizaba”. Es el atributo de la oración, se sustituye por “lo” invariable, neutro. (El ferrocarril fue eso; lo fue). En sí mismo, conforma un grupo sintáctico nominal, cuyo núcleo sustantivo es “negocio”. Sutilmente, a través de la estructura sintáctica, aparecen los contenidos primarios y básicos del enunciado.

El análisis sintáctico que se está realizando obedece a lo siguiente: es en el atributo y en el circunstancial en donde radica la abundancia informativa de todo el enunciado. Si se pretende con él informar, entonces será necesario bucear en los contenidos profundos sintácticos para poder extraer la información. Sería oportuno que a su vez el docente, en la clase, y toda vez que sea necesario, realice el mismo ejercicio: esto es, buscar cuál es la información relevante, la información nueva que se brinda, y determinar en qué estructura sintáctica oracional está. Muchas veces, como en este caso, parte de la información relevante está en un adyacente circunstancial, que, si se observa desde un punto de vista sintáctico, se verá como marginal. En este tipo de actividades de análisis se suman las acciones centrales a través de las cuales se llega al meollo y naturaleza propia de la asignatura Idioma Español: observar cómo, a través de las estructuras de la lengua, a través de su sistema organizado, se produce información y se decodifica información.

Enseñar Lengua supone enseñar a observar regularidades estructurales que contienen todo aquello que el enunciador pretenda comunicar.

Para los ingleses” es de comprensión básica para interpretar hacia quién iba dirigido el interés económico. Fue para los ingleses el interés de inversión de capitales. Sintácticamente, es un circunstancial, como ya se dijo, un adyacente marginal desde este punto de vista, pero de importancia clave y fermental para interpretar lo que se quiere comunicar.

Otro aspecto de la complejidad está dado por la presencia de la subordinada adjetiva (en donde curiosamente se instala la información relevante del enunciado) que se constituye como adyacente del grupo sintáctico nominal que funciona como atributo. Esta subordinada está introducida por el pronombre relativo “que”, cuya anáfora se realiza hacia el sustantivo “inversión” o tal vez mejor hacia la unidad sintáctica entera “un negocio de inversión de capitales”. Eso es lo que el Estado uruguayo garantizaba porque, como más adelante se aclara, esta inversión extranjera traía beneficios al país. Esto es, el pronombre relativo “que” funciona en la subordinada como objeto directo. Si se escribe esta oración al revés, atendiendo a la información relevante, tendría que construirse más o menos así: “El Estado uruguayo garantizaba la inversión de capitales hecha por los ingleses al construir ellos las vías férreas”.

Se verá entonces cómo es posible que la complejidad sintáctica de una oración impida la comprensión de los contenidos que se pretenden comunicar a través de los enunciados. Esto es lo que el docente deberá atender, puesto que en la clase y con la ayuda del docente, a través de un adecuado y pertinente análisis sintáctico de ciertos enunciados, el alumno podrá llegar a entender los contenidos informativos de un texto. Este apoyo sistemático del docente, abordando el texto desde lo informativo-pragmático, desde lo semántico, y desde lo sintáctico, será lo que el estudiante necesite para poder llegar a comprender esta clase de textos, de estructura compleja desde el punto de vista gramatical. En las explicaciones no hay demasiadas metáforas, no hay lenguaje poético en su esencia, no hay mayores inferencias desde el punto de vista de figuras de dicción, pero sí hay estructuras sintácticas que pueden dificultar su comprensión, e inclusive que pueden hacer que lo que se dice sea comprendido equivocadamente.

2.6. ¿Uno o más géneros discursivos en un mismo texto?

Acerca de este tema, ya se han expuesto ciertas consideraciones, que tienen que ver, sobre todo, con la presencia de más de un enunciador en un mismo texto. A esta circunstancia, común a todos los textos, suele sumarse en la explicación, y sobre todo en la explicación que se publica en los diarios y revistas, la presencia, ostensiva esta vez, de dos géneros discursivos, que surgen como consecuencia de las múltiples voces que un texto puede tener.

Texto 4
EXPONE EN EL CABILDO DE MONTEVIDEOPáez Vilaró: “Montevideo prácticamente
me conoce por la anécdota, pero no por
lo que realmente he hecho”
El pintor uruguayo contemporáneo más conocido a nivel mundial, Carlos Páez Vilaró, expone nuevamente en Montevideo luego de 50 años. Este hecho en sí mismo ya es un gran acontecimiento cultural, porque a los 80 años Páez puede exhibir  una extraordinaria y muy personal creación  artística de valor universal.  
Pero también tiene otras lecturas: el creador de Casa Pueblo ha dicho que “El tiempo pasa y la dirección de ese museo (Bellas Artes-Montevideo) sigue en las mismas manos. El Uruguay tiene que ver el arte por los ojos de un solo hombre y si no le gusta mi pintura, no se ve. (..) Que no me conozca la gran elite de la pintura, pero me conoce el pueblo.”  
Ahora  su pintura llega desde los pueblos del interior uruguayo, luego de recorrer los distintos Departamentos ”Mi muestra de los 80 años, no es una despedida. Tampoco una deuda con el Uruguay, porque por donde anduve lo llevé en el corazón. Se trata de cumplir con un antiguo deseo. Poner con mis colores una vincha en la frente de mi pueblo, siguiendo la ruta de los pájaros pintados”.  
El escritor Rubén Loza Aguerrebere al presentar a Páez Vilaró  reflexiona: “¿Qué  nos admira tanto de estas telas? Como siempre, dos cosas: el mundo que expresan y el modo en que está expresado”. 
De pie en homenaje a La Maestra uruguaya, rodeado del Intendente de Montevideo, Mariano Arana, del Ministro de Turismo Pedro Bordaberry y las autoridades del Banco Santander que auspician su muestra, Carlos Páez Vilaró anunció desde el Palacio Municipal  que desde el 13 de Noviembre se puede ver su pintura en los salones del Cabildo de Montevideo. 
 Lo que sigue son los aspectos fundamentales de un diálogo que La ONDA digital mantuvo con el pintor minutos antes de ser anunciada la muestra.
-Páez ¿cuantos años hace que Montevideo no ve su pintura?
-Sí hace mucho, yo me puse a pensar que hace casi medio siglo que yo no expongo pintura a color en Montevideo, porque yo expuse hace 20 años aquí en la Intendencia una exposición de la que tengo, mire aquí en la mano el catálogo. Montevideo prácticamente me conoce por la anécdota, pero no por lo que realmente he hecho. 
Al hacer  la muestra itinerante que ha estado recorriendo el país, me pareció formidable que culminara en Montevideo y agradezco el haber sido distinguido con la posibilidad que se exhiba en los salones del Cabildo. 
-¿Sintieron celos los montevideanos al ver que el interior lo recibiera con tanto afecto?.
- (Páez se ríe) Es posible; es un poco “un tirón de oreja” al estilo de cuando íbamos al colegio y “cortábamos para la salida”. Pero la verdad que lo del interior ha sido una experiencia maravillosa, un baño de afecto, con demostraciones culturales muy importantes. 

-Su pintura, sin embargo, tiene valores y un lenguaje universal.
-He sido siempre un audaz, como no he tenido maestros, me he tirado por todos los caminos, por supuesto que es más riesgoso el camino que he tomado. La iniciación mía que duró muchos años fue con raíces en lo afro uruguayo, el candombe uruguayo, los conventillos nuestros. Luego me escapé hacia algo más universal  en la medida que viajaba fuera de Uruguay. Hoy en día, si mi pintura se conoce es por el color estridente, por la valentía quizás. 

-Se ha escrito que en Uruguay hay “una manera candombe de pintar”, ¿coincide usted con esta afirmación?
- Es posible, a veces cuando suenan los tambores y estoy pintando, la inspiración me lleva a tener movimientos en los pinceles, que daría lugar a la hilaridad  para alguien que está mirando. 

-¿Su pintura incorpora algo de Picasso a quien usted visitó y admira?
- La influencia de Picasso ha llegado a todos los artistas del mundo, no creo que alguien que se precie y que sea sincero no reconozca que Picasso anduvo en su trastienda. Picasso ha sido el copiloto de toda la pintura contemporánea. 

-Se habla de crisis del arte hoy, ¿tiene usted también esa opinión?
- Yo no creo en eso, pero en esta etapa estoy muy encerrado en el “caracol”, estoy alejado de ese tipo de información, me inclino cada día como un ciclista en su oficio, pinto y trabajo y agotado por el trabajo duermo. Pero pienso que arte siempre habrá. El arte es fundamental en la vida. Es una especie de barómetro de estados en todos los órdenes. No olvidemos que los estados de ánimo están siempre volcados en las telas. Esos estados de ánimo corresponden a un país en crisis a un país en guerra  o a un país feliz. 

-¿Cuál es el contenido de la muestra que vemos en el Cabildo de Montevideo?
- La muestra corresponde a distintas etapas de mi pintura, son fragmentos de lo que ha sido mi aprendizaje y mi madurez, cuando no sé si aún he podido tocar el arte. 

-¿Sus proyectos en pintura?
- Tengo un proyecto de “un arte para los no videntes”, “tengo varias ideas al respecto, me gustaría llevarlas adelante, es una prueba difícil. Se podrían crear  superficies táctiles, quizás toboganes por donde el ciego podría deslizarse, donde puede haber olores, música. Poder llevarle el arte al hombre que no ve es una cosa muy importante”.

La Onda, Revista digital. Noviembre de 2003


La elección de este texto responde a la intención de mostrar lo que en el primer párrafo del apartado 2.6 se adelantó. Hay en él, claramente marcadas –hasta gráficamente–, dos instancias. La primera explicativa, la segunda conversacional. En palabras de Bajtín diríamos que los géneros primarios aparecen recubiertos por los géneros secundarios, los integran. ¿Hay uno que predomine sobre el otro? En un principio se diría que sí, puesto que el título del texto realiza un avance de la información que aparecerá en la explicación inicial y la entrevista agrega más información; es decir, la entrevista está al servicio de la explicación inicial. De cualquier modo, es necesario explicitar que la entrevista en sí misma, tal cual aparece presentada en este texto, no puede de ningún modo ser un género primario. Si bien surge de un diálogo inicial, está predeterminada por lo general, predominan las preguntas seleccionadas previamente por el entrevistador, no hay homogeneidad en los participantes, puesto que el entrevistado es el que debe aportar la información relevante y tiene más protagonismo. Cuando la entrevista se convierte en texto escrito, la sintaxis de la oralidad queda prácticamente en su totalidad convertida en sintaxis de lengua escrita, esto es, con estructuras canónicas sujeto-verbo-objeto, sin restos, con informaciones relevantes luego de las informaciones conocidas. En este sentido, dada su complejidad, es un género secundario en términos de Bajtín.

Al decir de Ducrot, este texto es polifónico2. No solamente porque incluye al final un texto dialogado –la entrevista ya mencionada–, sino porque en la instancia explicativa, como ya se mencionó, se aúnan distintos enunciadores para completar la información que se pretende brindar.

Existe, naturalmente, un enunciador global que se hace cargo de todo el discurso. Sin embargo, agrega datos citando a otros enunciadores, incorporando sus palabras a las de él. El título y el subtítulo se complementan tanto sintáctica como semánticamente. En el título la primera palabra es un verbo: “EXPONE”, cuyo sujeto no está explícito, y aparece como referencia catafórica (después) en el subtítulo: quien expone es Páez Vilaró. Se sintetiza mucha información en esta parte del texto. Y se logra hacer esta síntesis mediante la intercalación de un L1, que es, precisamente, el protagonista de la historia: Páez Vilaró. Finalmente, después de muchos años, expone nuevamente en Montevideo este artista, ahora en el Cabildo. Esta es la síntesis, pero no se cuenta así. Se cuenta a través de recursos gráficos (mayúsculas, dos puntos), a través de recursos cohesivos catafóricos (referencia del morfema flexivo del verbo, persona y número, para determinar el sujeto no explícito que aparece en el enunciado siguiente), y a través de la cita de las palabras de Páez Vilaró, en las que explicita que hace tiempo que no expone en Montevideo.

Con todos estos recursos lingüísticos y pragmáticos se logra acercar al lector una información menos objetiva, más íntima, puesto que se la conoce a través de las palabras del protagonista de la nota. Las diferentes capas enunciativas, logran contener en sí mismas gran caudal de información que se infiere, que está presupuesta, que se dice sin decirla. En el sector explicativo del texto, las palabras citadas de Páez Vilaró (L1) aparecen en varias oportunidades ejemplificando las palabras del enunciador global L0.

Sin embargo, también aparecen las palabras del escritor Rubén Loza Aguerrebere (L2), que cubren otro espectro de la información: la opinión de experto acerca del artista, que constituye en sí misma una evaluación que justifica toda la nota. “¿Qué nos admira tanto de estas telas? Como siempre, dos cosas: el mundo que expresan y el modo en que está expresado”. Las palabras de este escritor cubren dos aspectos; uno, explicar las características de la obra de Páez Vilaró. Otro, la función indirecta: su obra vale, y por lo tanto merece el honor de ser presentada en el Cabildo.

Según dicen Russo y Lerner (1975) “la función del lenguaje no puede deducirse de la estructura de los enunciados, o sea de la sintaxis, sino que depende siempre del contexto en que es utilizado.” Y en este contexto, esta información sirve como justificación de todo el artículo. Es el porqué, la causa, del texto explicativo, aunque vertido indirectamente, y no a través de palabras que sean la responsabilidad directa del enunciador global L0.


3. A modo de conclusión: algunas condiciones prototípicas de los géneros discursivos


El concepto del género discursivo como una abstracción generalizadora se observa en cada lingüista que intenta describirlo. Sin embargo, se había observado ya que este procedimiento no es perfecto. Para Kerbrat-Orecchioni (1997:219), “el término género denota un artificio, un objeto construido por abstracción generalizadora a partir de esos objetos empíricos que son los textos, que nunca son otra cosa más que representantes impuros de tal o cual género: un determinado texto se caracteriza por un cierto porcentaje de poeticidad, de polemicidad, etc”.3

De estas peculiaridades de los textos ya se ha hablado. El carácter híbrido se ha visto ya en el texto 1 y en el texto 4. Sin embargo, esta autora agrega que no puede existir un texto puramente objetivo, de la misma manera que no existe un texto que pertenezca a un solo género. La impronta del productor de un texto se presenta en todos y cada uno de ellos. Este aserto ya se verificó en los textos 2 y 3, que dentro de la aparente objetividad, contienen elementos lingüísticos que acercan al enunciador del texto y lo involucran con lo que se está afirmando; a partir de esto, el enunciador y el destinatario se convierten en “cómplices”, a veces en términos muy generales, porque están compartiendo información conocida por los dos (llamada “presupuestos”), que suele pertenecer a su universo cultural.

Dentro de estas subjetividades se encuentran las modalidades enunciativas, que son las marcas lingüísticas que permitirán que un texto, al poseer determinada intencionalidad y perseguir determinados objetivos, pueda ser caracterizado como de determinado género o clase. Estas consideraciones son las que le servirán al docente para comenzar a trabajar con los textos. Si se comienza por la formulación de estas interrogantes: enunciador, intencionalidad, objetivos que se persiguen al producirlo, se puede llegar a considerar el texto como perteneciente a un género u otro.

Estas modalidades permitieron hasta ahora distinguir diferentes géneros discursivos, según cada autor. Aristóteles, que vinculaba el discurso a la situación histórico-política de Grecia, un estado democrático, hablaba de discursos deliberativos, forenses y epidícticos o de ocasión. Russo y Lerner hablaron de discursos básicos : informativo, imperativo y emotivo, atendiendo a las funciones de Bühler. (1975:31). Bajtín consideró, por su parte, los discursos dentro de dos grandes grupos: los géneros primarios (que pueden asimilarse a los de ocasión de Aristóteles), y los secundarios, que son los géneros más complejos, los cuales incluyen a los primarios, tal como ocurre en los relatos, en los que se incluyen diálogos de personajes.

Los enunciados pueden organizarse, según opina Bajtín, en crónicas, contratos, textos legislativos, oficios burocráticos, diversos géneros literarios, científicos o periodísticos, cartas particulares y oficiales, réplicas de un diálogo cotidiano (en sus múltiples manifestaciones). Cada una de estas realizaciones permitirá que los investigadores determinen regularidades acerca de cómo están conformados lingüísticamente.

Este autor sostiene que la orientación específica del enunciado será prioritaria para determinar la característica de los diferentes géneros discursivos. Esto supone lo siguiente: todo enunciado, refleja la intencionalidad del hablante, dado que es responsabilidad única de un individuo. Sea oral o escrito, primario o secundario, en cualquier esfera de la comunicación discursiva, puede poseer lo que Bajtín denomina “un estilo” individual.

Considerará necesario, por lo tanto, para establecer una clasificación en géneros discursivos, tener en cuenta la naturaleza genérica de los estilos, las esferas de la praxis, la distinción entre géneros primarios y secundarios. A tal punto es necesario clasificar las instancias discursivas, que el autor reclama “Ni un solo fenómeno nuevo (fonético, léxico, de gramática) puede ser incluido en el sistema de la lengua sin pasar la larga y compleja vía de la prueba de elaboración genérica”. (p. 254)

La dificultad radica en que no todos los géneros son igualmente susceptibles de ser una manifestación de la individualidad del enunciador. Si bien en los géneros literarios el estilo individual forma parte del propósito mismo del enunciado y es una de las finalidades principales de este, cada género tiene su propio modo de expresar lo individual de quien lo produce. Esta es la subjetividad de la que habla Kerbrat-Orecchioni.

Esta autora distingue, a través de la modalidad, el discurso didáctico, que se caracteriza por la inscripción masiva del destinatario en el enunciado, del discurso polémico y del discurso científico; estos últimos tienen en común el ser de tipo argumentativo, y más precisamente, refutativo. Sin embargo, aunque tengan puntos en común, se oponen en el hecho de que los enunciados polémicos están enunciativamente muy marcados, puesto que el enunciador que argumenta se expone a su destinatario, mientras que el sujeto de la ciencia no precisamente está obligado a dejarse ver. Esto significa que los refutativos y polémicos (persuasivos en términos más generales) son más subjetivos, los científicos son más objetivos. El eje utilizado para realizar esta clasificación es la incursión prototípica del enunciador en él.
Los géneros discursivos, por lo tanto, estarán vinculados íntimamente a funciones discursivas específicas para cada esfera de la comunicación (científicas, técnicas, periodísticas, oficiales, cotidianas). Estas funciones serán las que les den origen; son tipos temáticos composicionales y estilísticos de organizaciones de enunciados relativamente estables. (Bajtín, p. 253).

Por su parte, el estilo tiene que ver con tipos de estructuración de cada enunciado particular, y también responden a una organización genérica, es decir, están reglados. La subjetividad es lícita, tanto implícita como explícitamente, pero cada género permite determinados estilos que le son propios y otros no.

Ahora bien, ¿qué criterios se han tenido en cuenta para la elaboración de una clasificación en géneros discursivos? Fundamentalmente la situación comunicativa, y preferentemente la función del lenguaje que ese discurso está cumpliendo. Se ha clasificado según el para qué de cada discurso.

¿Por qué ampliar el espectro clasificador? ¿Esto beneficia o perjudica al investigador? ¿Beneficia o perjudica al docente? La respuesta a estas preguntas es que, en cierta medida, otorga más garantías a ambos. Adam consideró, como se sabe, cinco tipos de texto, según su organización en secuencias. Realizar una clasificación según estos parámetros, resulta de seguridad relativa, puesto que, como vimos, no todos los textos pertenecen a una única tipología.

El trabajo con géneros discursivos resulta más atrayente y promete obtener mejores resultados, porque permite incorporar diversidad de formatos a un mismo género, con la condición de que se cumplan determinados requisitos que son más pragmáticos que formales. Recuérdese que, para diferenciar entre el discurso informativo (explicativo) y el persuasivo, se observó que si bien los dos producen información, en el explicativo la información se asume como verdadera, mientras que en el persuasivo la información que se brinde debe ser creíble. Estos matices deben ser cuidadosamente estudiados en cada caso, puesto que la intención del enunciador, la situación comunicativa, lo que se pretende del receptor y los formatos lingüísticos que surgen en cada producto logrado, son los que se suman para permitir considerar el género discursivo al que pertenezca determinado texto.

No obstante lo dicho, es frecuente que un mismo producto pertenezca a más de un género, como se ha visto en este documento. “Esta noción –la aparición combinada de los tipos de discurso– es tan importante de comprender como la misma idea de “tipos de discurso”, y, sin aquella, esta última corre el riesgo de convertirse en una exquisitez teórica carente de toda utilidad práctica.” (Russo y Lerner, 1975:32).

Ampliar el espectro clasificador es, por lo tanto, un intento de lograr más rigor en la interpretación de los textos, puesto que esta búsqueda de una clasificación incorpora elementos pragmáticos que siempre están presentes en todos los textos, y son los contenidos a los que el docente acude para un primer abordaje: enunciador, situación comunicativa, intencionalidad, función social del texto. Todos estos elementos son los que se tienen en cuenta cuando se habla de géneros discursivos.


4. Referencias bibliográficas

ADAM, J.M. (1992) Le prototype de la séquence explicative, en "Les textes, types et prototypes". Paris. Hachette.
BAJTÍN, M. (1982) Estética de la creación verbal. Buenos Aires. Siglo XXI.
BARTHES, R. (1993) La aventura semiológica. Buenos Aires. Paidós.
BRUNER, J. (1998) Realidad mental y mundos posibles. Dos modalidades de pensamiento. España. Gedisa.
CALSAMIGLIA BLANCAFORT, H., TUSÓN VALLS, A. (1999) Las cosas del decir. Barcelona. Ariel.
DUCROT, Oswald. (1986) El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación. Barcelona. Paidós.
FUENTES RODRÍGUEZ, C. (1999) La organización informativa del texto. Madrid. Arco/libros.
GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, S. (1997) Temas, remas, focos, tópicos y comentarios. Madrid. Arco/libros.
HALLIDAY– HASSAN. (1976) Cohesion in English. London. Longman.
KERBRAT-ORECCHIONI, C. (1997) La enunciación. De la subjetividad en el lenguaje. Argentina. Edicial.
RUSSO, Eduardo y LERNER, Carlos. (1975) Lógica de la persuasión. Buenos Aires. Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales.
SERRANO SERRANO, J. (2002) Guía práctica de redacción. Madrid. Anaya.
TEBEROSKY, A. (1995) Más allá de la alfabetización. Buenos Aires. Santillana.
TODOROV, T. (1996) Los géneros del discurso. Caracas. Monte Ávila Editores Latinoamericana.

1 Si bien la gramática tradicional optaba por esta descripción del sujeto, aquello de que se habla, debe cuidarse de no dar al estudiante esta descripción, puesto que es pragmática, como se ve; no es sintáctica. Sintácticamente, el sujeto es ese constituyente que se conecta con el verbo a través de la concordancia en número y persona. Esa es la razón de que pueda ser suprimido, si la información está suficientemente explicitada, y no es necesario sustituirlo por pronombres, como ocurre con otros adyacentes, por ejemplo el objeto directo (la, las, lo, los) o el objeto indirecto (le, les). Que el sujeto pragmáticamente no es siempre aquello de que se habla, lo muestran ejemplos como “Me gusta el dulce de leche” en donde no se habla del dulce de leche sino de “mí”, o “¿Saliste?”, en donde no se habla de nadie, sino que se le habla a alguien.
2 "Polifonía" surge en este autor como la descripción de una enunciación en la que la responsabilidad es de muchos locutores, aunque uno es el que se hace cargo frente al destinatario. Es de lo que se ha estado hablando permanentemente en este documento.

3 El subrayado y la cursiva no son del autor de la cita.

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