Texto 3
El ferrocarril
Hacia
finales del siglo XIX la red ferroviaria pasaba por la mayoría de
los centros urbanos de importancia, como Salto, Paysandú, Mercedes y
San José. Las vías ferroviarias acercaron a los centros urbanos
creando una red de pueblos y modificando el paisaje de la campaña.
El
diseño de la red ferroviaria tuvo como punto de partida la ciudad de
Montevideo, por eso se le llama diseño radial. El ferrocarril,
además de ser un medio de transporte de mercaderías, fue un
vehículo de difusión de pautas culturales montevideanas, junto al
ganado viajaban las personas, los ejércitos y las ideas.
Aunque
el ferrocarril pretendió conectar el puerto con el litoral argentino
y las provincias del sur brasileño, zonas de mayor producción y
densidad poblacional para los historiadores Juan Rial y Jaime Klaczo,
ello no se concretó por la competencia de las líneas férreas de la
provincia de Entre Ríos y de Río Grande. El ferrocarril fue para
los ingleses un negocio de inversión de capitales que el Estado
uruguayo garantizaba. La unión de centros poblados, el transporte de
bienes y personas y el uso político-militar fueron sus cometidos.
Esto alentó el desarrollo de pequeños mercados locales, pero no
tuvo como finalidad la promoción social ni económica. Sin embargo
donde el tren establecía una parada, nacieron una variedad de
actividades comerciales y muchos pueblos de la campaña tuvieron su
origen en torno a la estación del ferrocarril.
De
acuerdo con las investigaciones de Rial y Klaczko, estas poblaciones
nacieron junto a las estaciones de tren que tenían como objetivo la
embarcación de ganados. A su lado surgían la escuela y el “boliche”
que daban inicio a pequeños pueblos. Tal es el caso de Cardona.
Otras veces el propietario del campo ubicado alrededor de la
estación, subdividía el terreno en pequeños lotes y los vendía.
Esta actividad derivaba en la creación de pequeños centros
poblados, como lo fueron en sus comienzos Achar, Guichón, Tarariras
o Casupá.
Junto
al ferrocarril se desarrolló el tendido telegráfico que hizo
posible mejorar las comunicaciones. El historiador Alcides Beretta
nos informa que los inmigrantes, apoyados por el Estado, también
invirtieron en las líneas para el telégrafo, que se convirtió en
un instrumento clave para las comunicaciones del ejército, el
comercio y el propio ferrocarril.
El
siglo XX vio decaer lentamente al ferrocarril y el telégrafo y su
sustitución por la carretera como vía de transporte y comunicación,
junto a la difusión de otros medios de comunicación, la radio y la
televisión, por ejemplo.
(Comprender
el mundo actual. Tercer
año de Ciclo Básico.)
La
presentación del tema en este texto se realiza según los parámetros
peculiares de la explicación más convencional. Es un texto
didáctico, del libro de tercer año
de Ciencias Sociales de Ciclo Básico. En su primer párrafo se
realiza una esquematización inicial, tal como Adam declara que
algunos textos explicativos pueden tener. A continuación se
describen las características fundamentales de la red ferroviaria en
Uruguay en el siglo XIX, su propósito, sus consecuencias, su
naturaleza.
En
su apariencia es totalmente objetivo, está redactado en tercera
persona, y los verbos son esencialmente del modo indicativo, lo que
permite clasificar sus enunciados como asertivos. La estructuración
sintáctica oracional tiene en su mayoría estructuras canónicas
sujeto-verbo-objeto, y la organización pragmática sigue
rigurosamente una coherencia temática de información vieja más
información nueva en cada enunciado, que además se manifiesta en el
uso de pronombres que refieren a enunciados anteriores.
Sin
embargo, este texto no es totalmente objetivo, a pesar de su
apariencia. Se manifiestan, aunque impersonalmente casi, ciertos
asertos que evidencian una evaluación por parte del enunciador
global L0 de algunos aspectos históricos. La primera de
ellas la realiza citando las opiniones de algunos historiadores: Juan
Rial y Jaime Klaczo. Según estos historiadores citados (nos
encontramos aquí también con diversas capas enunciativas), la
competencia con las vías férreas de las provincias limítrofes
Entre Ríos y Río Grande impidió que el ferrocarril uruguayo
conectara el puerto con el litoral argentino y el sur brasileño. El
verbo “pretendió” supone en sí mismo una evaluación de la
situación por parte de L0.. Y lo avala con las opiniones
de historiadores L1. Por lo tanto, se dice que lo que se
quiso hacer no pudo hacerse.
Estos
ejemplos muestran cómo un texto, a pesar de ser totalmente objetivo,
puede mostrar facetas subjetivas sin pretenderlo en una primera
instancia. Kerbrat-Orecchioni
menciona que no existe, en realidad, ningún texto totalmente
objetivo, puesto que siempre el enunciador global marca en él
su intención. Si bien en este caso la intención es informar y no
opinar, y lo hace así en su mayoría, hay evaluaciones que se
deslizan.
La
segunda evaluación se realiza en tono más impersonal todavía. “El
ferrocarril fue para los ingleses un negocio de inversión de
capitales que el Estado uruguayo garantizaba”. Este aserto se ve
avalado por el propio entorno colectivo cultural, y por los
enunciados que siguen a este, donde se mencionan los beneficios que
el transporte de mercaderías y personas traía a la compañía. El
hecho de que uniera centros poblados era uno de sus “cometidos”,
y, aunque no buscado directamente, trajo también beneficios
económicos como consecuencia.
2.5.
El papel de la gramática en la interpretación de los contenidos
La
oración citada en el apartado anterior, último párrafo, merece una
consideración especial, por su construcción sintáctica, que es
prototípica de esta clase de textos. La explicación se destaca,
como ya se ha mencionado en el texto 2, por la presencia abundante de
subordinadas. Esto, sin lugar a dudas, dificulta la comprensión del
estudiante. A esto se suman otras determinantes, que suponen lo
siguiente: todo texto está construido pragmáticamente, además de
sintácticamente. En cada enunciado se pueden observar estos dos
niveles de interpretación. A veces, la organización pragmática de
información conocida e información nueva, relevante, no es la ideal
para que el estudiante entienda lo que se quiere decir, si esta
última aparece compleja desde el punto de vista sintáctico.
Tal
es el caso del enunciado citado. En él surge una organización
pragmática convencional: “el ferrocarril” es el tema, la
información conocida, y aparece primero. La información relevante,
que es la que el estudiante debe buscar cuando estudia, se da
después. Pero la complejidad sintáctica dificulta su comprensión.
Véase por qué: “...fue para los ingleses un negocio de
inversión de capitales que el Estado uruguayo garantizaba.”
Destacamos en esta información relevante, dos dificultades, que
están en los elementos sintácticos subrayados.
La
organización sintáctica de esta oración es la de un verbo que
tiene solo tres adyacentes. El sujeto, “el ferrocarril”, que en
este caso coincide con la información conocida, es decir, aquello
de lo que se habla,
hecho que no siempre ocurre así, y el docente tendrá el cuidado de
aclararlo siempre al alumno. 1
Otro adyacente es “para los ingleses”, que es un circunstancial
en el que se dan las informaciones concernientes en este caso al
interés
desde el punto de vista semántico (es a los ingleses a quienes les
reportaba beneficios esa inversión). El tercer adyacente es “un
negocio de inversión de capitales que el Estado uruguayo
garantizaba”. Es el atributo de la oración, se sustituye por “lo”
invariable, neutro. (El
ferrocarril fue eso;
lo
fue).
En sí mismo, conforma un grupo sintáctico nominal, cuyo núcleo
sustantivo es “negocio”.
Sutilmente, a través de la estructura sintáctica, aparecen los
contenidos primarios y básicos del enunciado.
El
análisis sintáctico que se está realizando obedece a lo siguiente:
es en el atributo y en el circunstancial en donde radica la
abundancia informativa de todo el enunciado. Si se pretende con él
informar, entonces será necesario bucear en los contenidos profundos
sintácticos para poder extraer la información. Sería oportuno que
a su vez el docente, en la clase, y toda vez que sea necesario,
realice el mismo ejercicio: esto es, buscar cuál es la información
relevante, la información nueva que se brinda, y determinar en qué
estructura sintáctica oracional está. Muchas veces, como en este
caso, parte de la información relevante está en un adyacente
circunstancial, que, si se observa desde un punto de vista
sintáctico, se verá como marginal. En este tipo de actividades de
análisis se suman las acciones centrales a través de las cuales se
llega al meollo y naturaleza propia de la asignatura Idioma Español:
observar cómo, a través de las estructuras de la lengua, a través
de su sistema organizado, se produce información y se decodifica
información.
Enseñar
Lengua supone enseñar a observar regularidades estructurales que
contienen todo aquello que el enunciador pretenda comunicar.
“Para
los ingleses” es de comprensión básica para interpretar hacia
quién iba dirigido el interés económico. Fue para los ingleses
el interés de inversión de capitales. Sintácticamente, es un
circunstancial, como ya se dijo, un adyacente marginal desde este
punto de vista, pero de importancia clave y fermental para
interpretar lo que se quiere comunicar.
Otro
aspecto de la complejidad está dado por la presencia de la
subordinada adjetiva (en donde curiosamente se instala la información
relevante del enunciado) que se constituye como adyacente del grupo
sintáctico nominal que funciona como atributo. Esta subordinada está
introducida por el pronombre relativo “que”, cuya anáfora se
realiza hacia el sustantivo “inversión” o tal vez mejor hacia la
unidad sintáctica entera “un negocio de inversión de capitales”.
Eso es lo que el Estado uruguayo garantizaba porque, como más
adelante se aclara, esta inversión extranjera traía beneficios al
país. Esto es, el pronombre relativo “que” funciona en la
subordinada como objeto directo. Si se escribe esta oración al
revés, atendiendo a la información relevante, tendría que
construirse más o menos así: “El Estado uruguayo garantizaba la
inversión de capitales hecha por los ingleses al construir ellos las
vías férreas”.
Se
verá entonces cómo es posible que la complejidad sintáctica de una
oración impida la comprensión de los contenidos que se pretenden
comunicar a través de los enunciados. Esto es lo que el docente
deberá atender, puesto que en la clase y con la ayuda del docente, a
través de un adecuado y pertinente análisis sintáctico de ciertos
enunciados, el alumno podrá llegar a entender los contenidos
informativos de un texto. Este apoyo sistemático del docente,
abordando el texto desde lo informativo-pragmático, desde lo
semántico, y desde lo sintáctico, será lo que el estudiante
necesite para poder llegar a comprender esta clase de textos, de
estructura compleja desde el punto de vista gramatical. En las
explicaciones no hay demasiadas metáforas, no hay lenguaje poético
en su esencia, no hay mayores inferencias desde el punto de vista de
figuras de dicción, pero sí hay estructuras sintácticas que pueden
dificultar su comprensión, e inclusive que pueden hacer que lo que
se dice sea comprendido equivocadamente.
2.6.
¿Uno o más géneros discursivos en un mismo texto?
Acerca
de este tema, ya se han expuesto ciertas consideraciones, que tienen
que ver, sobre todo, con la presencia de más de un enunciador en un
mismo texto. A esta circunstancia, común a todos los textos, suele
sumarse en la explicación, y sobre todo en la explicación que se
publica en los diarios y revistas, la presencia, ostensiva esta vez,
de dos géneros discursivos, que surgen como consecuencia de las
múltiples voces que un texto puede tener.
Texto
4
EXPONE
EN EL CABILDO DE MONTEVIDEOPáez Vilaró: “Montevideo
prácticamente
me conoce por la anécdota, pero no por
lo que realmente he hecho”
me conoce por la anécdota, pero no por
lo que realmente he hecho”
El
pintor uruguayo contemporáneo más conocido a nivel mundial, Carlos
Páez Vilaró, expone nuevamente en Montevideo luego de 50 años.
Este hecho en sí mismo ya es un gran acontecimiento cultural, porque
a los 80 años Páez puede exhibir una extraordinaria y muy
personal creación artística de valor universal.
Pero
también tiene otras lecturas: el creador de Casa Pueblo ha dicho que
“El tiempo pasa y la dirección de ese museo (Bellas
Artes-Montevideo) sigue en las mismas manos. El Uruguay tiene que ver
el arte por los ojos de un solo hombre y si no le gusta mi pintura,
no se ve. (..) Que no me conozca la gran elite de la pintura, pero me
conoce el pueblo.”
Ahora
su pintura llega desde los pueblos del interior uruguayo, luego de
recorrer los distintos Departamentos ”Mi muestra de los 80 años,
no es una despedida. Tampoco una deuda con el Uruguay, porque por
donde anduve lo llevé en el corazón. Se trata de cumplir con un
antiguo deseo. Poner con mis colores una vincha en la frente de mi
pueblo, siguiendo la ruta de los pájaros pintados”.
El
escritor Rubén Loza Aguerrebere al presentar a Páez Vilaró
reflexiona: “¿Qué nos admira tanto de estas telas? Como
siempre, dos cosas: el mundo que expresan y el modo en que está
expresado”.
De
pie en homenaje a La Maestra uruguaya, rodeado del Intendente de
Montevideo, Mariano Arana, del Ministro de Turismo Pedro Bordaberry y
las autoridades del Banco Santander que auspician su muestra, Carlos
Páez Vilaró anunció desde el Palacio Municipal que desde el
13 de Noviembre se puede ver su pintura en los salones del Cabildo de
Montevideo.
Lo
que sigue son los aspectos fundamentales de un diálogo que La
ONDA digital mantuvo con el pintor minutos antes de ser anunciada
la muestra.
-Páez
¿cuantos años hace que Montevideo no ve su pintura?
-Sí
hace mucho, yo me puse a pensar que hace casi medio siglo que yo no
expongo pintura a color en Montevideo, porque yo expuse hace 20 años
aquí en la Intendencia una exposición de la que tengo, mire aquí
en la mano el catálogo. Montevideo prácticamente me conoce por la
anécdota, pero no por lo que realmente he hecho.
Al
hacer la muestra itinerante que ha estado recorriendo el país,
me pareció formidable que culminara en Montevideo y agradezco el
haber sido distinguido con la posibilidad que se exhiba en los
salones del Cabildo.
-¿Sintieron
celos los montevideanos al ver que el interior lo recibiera con tanto
afecto?.
- (Páez se ríe) Es posible; es un poco “un tirón de oreja” al estilo de cuando íbamos al colegio y “cortábamos para la salida”. Pero la verdad que lo del interior ha sido una experiencia maravillosa, un baño de afecto, con demostraciones culturales muy importantes.
- (Páez se ríe) Es posible; es un poco “un tirón de oreja” al estilo de cuando íbamos al colegio y “cortábamos para la salida”. Pero la verdad que lo del interior ha sido una experiencia maravillosa, un baño de afecto, con demostraciones culturales muy importantes.
-Su
pintura, sin embargo, tiene valores y un lenguaje universal. .
-He
sido siempre un audaz, como no he tenido maestros, me he tirado por
todos los caminos, por supuesto que es más riesgoso el camino que he
tomado. La iniciación mía que duró muchos años fue con raíces en
lo afro uruguayo, el candombe uruguayo, los conventillos nuestros.
Luego me escapé hacia algo más universal en la medida que
viajaba fuera de Uruguay. Hoy en día, si mi pintura se conoce es por
el color estridente, por la valentía quizás.
-Se
ha escrito que en Uruguay hay “una manera candombe de pintar”,
¿coincide usted con esta afirmación?
- Es
posible, a veces cuando suenan los tambores y estoy pintando, la
inspiración me lleva a tener movimientos en los pinceles, que daría
lugar a la hilaridad para alguien que está mirando.
-¿Su
pintura incorpora algo de Picasso a quien usted visitó y admira?
- La
influencia de Picasso ha llegado a todos los artistas del mundo, no
creo que alguien que se precie y que sea sincero no reconozca que
Picasso anduvo en su trastienda. Picasso ha sido el copiloto de toda
la pintura contemporánea.
-Se
habla de crisis del arte hoy, ¿tiene usted también esa opinión?
- Yo
no creo en eso, pero en esta etapa estoy muy encerrado en el
“caracol”, estoy alejado de ese tipo de información, me inclino
cada día como un ciclista en su oficio, pinto y trabajo y agotado
por el trabajo duermo. Pero pienso que arte siempre habrá. El arte
es fundamental en la vida. Es una especie de barómetro de estados en
todos los órdenes. No olvidemos que los estados de ánimo están
siempre volcados en las telas. Esos estados de ánimo corresponden a
un país en crisis a un país en guerra o a un país feliz.
-¿Cuál
es el contenido de la muestra que vemos en el Cabildo de Montevideo?
- La
muestra corresponde a distintas etapas de mi pintura, son fragmentos
de lo que ha sido mi aprendizaje y mi madurez, cuando no sé si aún
he podido tocar el arte.
-¿Sus
proyectos en pintura?
-
Tengo un proyecto de “un arte para los no videntes”, “tengo
varias ideas al respecto, me gustaría llevarlas adelante, es una
prueba difícil. Se podrían crear superficies táctiles,
quizás toboganes por donde el ciego podría deslizarse, donde puede
haber olores, música. Poder llevarle el arte al hombre que no ve es
una cosa muy importante”.
La
Onda, Revista digital. Noviembre de 2003
La
elección de este texto responde a la intención de mostrar lo que en
el primer párrafo del apartado 2.6 se adelantó. Hay en él,
claramente marcadas –hasta gráficamente–, dos instancias. La
primera explicativa, la segunda conversacional. En palabras de Bajtín
diríamos que los géneros primarios aparecen recubiertos por los
géneros secundarios, los integran. ¿Hay uno que predomine sobre el
otro? En un principio se diría que sí, puesto que el título del
texto realiza un avance de la información que aparecerá en la
explicación inicial y la entrevista agrega más información; es
decir, la entrevista está al servicio de la explicación inicial. De
cualquier modo, es necesario explicitar que la entrevista en sí
misma, tal cual aparece presentada en este texto, no puede de ningún
modo ser un género primario. Si bien surge de un diálogo inicial,
está predeterminada por lo general, predominan las preguntas
seleccionadas previamente por el entrevistador, no hay homogeneidad
en los participantes, puesto que el entrevistado es el que debe
aportar la información relevante y tiene más protagonismo. Cuando
la entrevista se convierte en texto escrito, la sintaxis de la
oralidad queda prácticamente en su totalidad convertida en sintaxis
de lengua escrita, esto es, con estructuras canónicas
sujeto-verbo-objeto, sin restos, con informaciones relevantes luego
de las informaciones conocidas. En este sentido, dada su complejidad,
es un género secundario en términos de Bajtín.
Al
decir de Ducrot, este texto es polifónico2.
No solamente porque incluye al final un texto dialogado –la
entrevista ya mencionada–, sino porque en la instancia explicativa,
como ya se mencionó, se aúnan distintos enunciadores para completar
la información que se pretende brindar.
Existe,
naturalmente, un enunciador global que se hace cargo de todo el
discurso. Sin embargo, agrega datos citando a otros enunciadores,
incorporando sus palabras a las de él. El título y el subtítulo se
complementan tanto sintáctica como semánticamente. En el título la
primera palabra es un verbo: “EXPONE”, cuyo sujeto no está
explícito, y aparece como referencia catafórica (después) en el
subtítulo: quien expone es Páez Vilaró. Se sintetiza mucha
información en esta parte del texto. Y se logra hacer esta síntesis
mediante la intercalación de un L1, que es, precisamente,
el protagonista de la historia: Páez Vilaró. Finalmente, después
de muchos años, expone nuevamente en Montevideo este artista, ahora
en el Cabildo. Esta es la síntesis, pero no se cuenta así. Se
cuenta a través de recursos gráficos (mayúsculas, dos puntos), a
través de recursos cohesivos catafóricos (referencia del morfema
flexivo del verbo, persona y número, para determinar el sujeto no
explícito que aparece en el enunciado siguiente), y a través de la
cita de las palabras de Páez Vilaró, en las que explicita que hace
tiempo que no expone en Montevideo.
Con
todos estos recursos lingüísticos y pragmáticos se logra acercar
al lector una información menos objetiva, más íntima, puesto que
se la conoce a través de las palabras del protagonista de la nota.
Las diferentes capas enunciativas, logran contener en sí mismas gran
caudal de información que se infiere, que está presupuesta, que se
dice sin decirla. En el sector explicativo del texto, las palabras
citadas de Páez Vilaró (L1) aparecen en varias
oportunidades ejemplificando las palabras del enunciador global L0.
Sin
embargo, también aparecen las palabras del escritor Rubén Loza
Aguerrebere (L2), que cubren otro espectro de la
información: la opinión de experto acerca del artista, que
constituye en sí misma una evaluación que justifica toda la nota.
“¿Qué nos admira tanto de estas telas? Como siempre, dos
cosas: el mundo que expresan y el modo en que está expresado”.
Las palabras de este escritor cubren dos aspectos; uno, explicar las
características de la obra de Páez Vilaró. Otro, la función
indirecta: su obra vale, y por lo tanto merece el honor de ser
presentada en el Cabildo.
Según
dicen Russo y Lerner (1975) “la función del lenguaje no puede
deducirse de la estructura de los enunciados, o sea de la sintaxis,
sino que depende siempre del contexto en que es utilizado.” Y en
este contexto, esta información sirve como justificación de todo el
artículo. Es el porqué, la causa, del texto explicativo,
aunque vertido indirectamente, y no a través de palabras que sean la
responsabilidad directa del enunciador global L0.
3.
A modo de conclusión: algunas condiciones prototípicas de los
géneros discursivos
El
concepto del género discursivo como una abstracción generalizadora
se observa en cada lingüista que intenta describirlo. Sin embargo,
se había observado ya que este procedimiento no es perfecto. Para
Kerbrat-Orecchioni (1997:219), “el término género denota un
artificio, un objeto construido por abstracción generalizadora a
partir de esos objetos empíricos que son los textos, que
nunca
son otra cosa más que representantes impuros de tal o cual género:
un determinado texto se caracteriza por un cierto porcentaje de
poeticidad, de polemicidad,
etc”.3
De
estas peculiaridades de los textos ya se ha hablado. El carácter
híbrido se ha visto ya en el texto 1 y en el texto 4. Sin embargo,
esta autora agrega que no puede existir un texto puramente objetivo,
de la misma manera que no existe un texto que pertenezca a un solo
género. La impronta del productor de un texto se presenta en todos y
cada uno de ellos. Este aserto ya se verificó en los textos 2 y 3,
que dentro de la aparente objetividad, contienen elementos
lingüísticos que acercan al enunciador del texto y lo involucran
con lo que se está afirmando; a partir de esto, el enunciador y el
destinatario se convierten en “cómplices”, a veces en términos
muy generales, porque están compartiendo información conocida por
los dos (llamada “presupuestos”), que suele pertenecer a su
universo cultural.
Dentro
de estas subjetividades se encuentran las modalidades enunciativas,
que son las marcas lingüísticas que permitirán que un texto, al
poseer determinada intencionalidad y perseguir determinados
objetivos, pueda ser caracterizado como de determinado género o
clase. Estas consideraciones son las que le servirán al docente para
comenzar a trabajar con los textos. Si se comienza por la formulación
de estas interrogantes: enunciador, intencionalidad, objetivos que se
persiguen al producirlo, se puede llegar a considerar el texto como
perteneciente a un género u otro.
Estas
modalidades permitieron hasta ahora distinguir diferentes géneros
discursivos, según cada autor. Aristóteles, que vinculaba el
discurso a la situación histórico-política de Grecia, un estado
democrático, hablaba de discursos deliberativos, forenses y
epidícticos o de ocasión. Russo y Lerner hablaron de discursos
básicos : informativo, imperativo y emotivo, atendiendo a las
funciones de Bühler. (1975:31). Bajtín consideró, por su parte,
los discursos dentro de dos grandes grupos: los géneros primarios
(que pueden asimilarse a los de ocasión de Aristóteles), y los
secundarios, que son los géneros más complejos, los cuales incluyen
a los primarios, tal como ocurre en los relatos, en los que se
incluyen diálogos de personajes.
Los
enunciados pueden organizarse, según opina Bajtín, en crónicas,
contratos, textos legislativos, oficios burocráticos, diversos
géneros literarios, científicos o periodísticos, cartas
particulares y oficiales, réplicas de un diálogo cotidiano (en sus
múltiples manifestaciones). Cada una de estas realizaciones
permitirá que los investigadores determinen regularidades acerca de
cómo están conformados lingüísticamente.
Este
autor sostiene que la orientación específica del enunciado será
prioritaria para determinar la característica de los diferentes
géneros discursivos. Esto supone lo siguiente: todo enunciado,
refleja la intencionalidad del hablante, dado que es responsabilidad
única de un individuo. Sea oral o escrito, primario o secundario, en
cualquier esfera de la comunicación discursiva, puede poseer lo que
Bajtín denomina “un estilo” individual.
Considerará
necesario, por lo tanto, para establecer una clasificación en
géneros discursivos, tener en cuenta la naturaleza genérica de los
estilos, las esferas de la praxis, la distinción entre géneros
primarios y secundarios. A tal punto es necesario clasificar las
instancias discursivas, que el autor reclama “Ni un solo fenómeno
nuevo (fonético, léxico, de gramática) puede ser incluido en el
sistema de la lengua sin pasar la larga y compleja vía de la prueba
de elaboración genérica”. (p.
254)
La
dificultad radica en que no todos los géneros son igualmente
susceptibles de ser una manifestación de la individualidad del
enunciador. Si bien en los géneros literarios el estilo individual
forma parte del propósito mismo del enunciado y es una de las
finalidades principales de este, cada género tiene su propio modo de
expresar lo individual de quien lo produce. Esta es la subjetividad
de la que habla Kerbrat-Orecchioni.
Esta
autora distingue, a través de la modalidad, el discurso didáctico,
que se caracteriza por la inscripción masiva del destinatario en el
enunciado, del discurso polémico y del discurso científico; estos
últimos tienen en común el ser de tipo argumentativo, y más
precisamente, refutativo. Sin embargo, aunque tengan puntos en común,
se oponen en el hecho de que los enunciados polémicos están
enunciativamente muy marcados, puesto que el enunciador que argumenta
se expone a su destinatario, mientras que el sujeto de la ciencia no
precisamente está obligado a dejarse ver. Esto significa que los
refutativos y polémicos (persuasivos en términos más generales)
son más subjetivos, los científicos son más objetivos. El eje
utilizado para realizar esta clasificación es la incursión
prototípica del enunciador en él.
Los
géneros discursivos, por lo tanto, estarán vinculados íntimamente
a funciones discursivas específicas para cada esfera de la
comunicación (científicas, técnicas, periodísticas, oficiales,
cotidianas). Estas funciones serán las que les den origen; son tipos
temáticos composicionales y estilísticos de organizaciones de
enunciados relativamente estables. (Bajtín, p. 253).
Por
su parte, el estilo tiene que ver con tipos de estructuración de
cada enunciado particular, y también responden a una organización
genérica, es decir, están reglados. La subjetividad es lícita,
tanto implícita como explícitamente, pero cada género permite
determinados estilos que le son propios y otros no.
Ahora
bien, ¿qué criterios se han tenido en cuenta para la elaboración
de una clasificación en géneros discursivos? Fundamentalmente la
situación comunicativa, y preferentemente la función del lenguaje
que ese discurso está cumpliendo. Se ha clasificado según el para
qué de cada discurso.
¿Por
qué ampliar el espectro clasificador? ¿Esto beneficia o perjudica
al investigador? ¿Beneficia o perjudica al docente? La respuesta a
estas preguntas es que, en cierta medida, otorga más garantías a
ambos. Adam consideró, como se sabe, cinco tipos de
texto, según su organización en secuencias. Realizar una
clasificación según estos parámetros, resulta de seguridad
relativa, puesto que, como vimos, no todos los textos pertenecen a
una única tipología.
El
trabajo con géneros discursivos resulta más atrayente y promete
obtener mejores resultados, porque permite incorporar diversidad de
formatos a un mismo género, con la condición de que se cumplan
determinados requisitos que son más pragmáticos que formales.
Recuérdese que, para diferenciar entre el discurso informativo
(explicativo) y el persuasivo, se observó que si bien los dos
producen información, en el explicativo la información se asume
como verdadera, mientras que en el persuasivo la información que se
brinde debe ser creíble. Estos matices deben ser cuidadosamente
estudiados en cada caso, puesto que la intención del enunciador, la
situación comunicativa, lo que se pretende del receptor y los
formatos lingüísticos que surgen en cada producto logrado, son los
que se suman para permitir considerar el género discursivo al que
pertenezca determinado texto.
No
obstante lo dicho, es frecuente que un mismo producto pertenezca a
más de un género, como se ha visto en este documento. “Esta
noción –la aparición combinada de los tipos de discurso– es tan
importante de comprender como la misma idea de “tipos de discurso”,
y, sin aquella, esta última corre el riesgo de convertirse en una
exquisitez teórica carente de toda utilidad práctica.” (Russo y
Lerner, 1975:32).
Ampliar
el espectro clasificador es, por lo tanto, un intento de lograr más
rigor en la interpretación de los textos, puesto que esta búsqueda
de una clasificación incorpora elementos pragmáticos que siempre
están presentes en todos los textos, y son los contenidos a los que
el docente acude para un primer abordaje: enunciador, situación
comunicativa, intencionalidad, función social del texto. Todos estos
elementos son los que se tienen en cuenta cuando se habla de géneros
discursivos.
4.
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Editores Latinoamericana.
1
Si bien la gramática
tradicional optaba por esta descripción del sujeto, aquello
de que se habla,
debe cuidarse de no dar al estudiante esta descripción, puesto que
es pragmática, como se ve; no es sintáctica. Sintácticamente, el
sujeto es ese constituyente
que se conecta con el verbo a través de la concordancia en número
y persona. Esa es la razón de que pueda ser suprimido, si la
información está suficientemente explicitada, y no es necesario
sustituirlo por pronombres, como ocurre con otros adyacentes, por
ejemplo el objeto directo (la, las, lo, los) o el objeto indirecto
(le, les). Que el sujeto pragmáticamente no es siempre aquello
de que se habla, lo
muestran ejemplos como “Me gusta el dulce de leche” en donde no
se habla del dulce de leche sino de “mí”, o “¿Saliste?”,
en donde no se habla de
nadie, sino que se
le habla a
alguien.
2
"Polifonía" surge
en este autor como la descripción de una enunciación en la que la
responsabilidad es de muchos locutores, aunque uno es el que se hace
cargo frente al destinatario. Es de lo que se ha estado hablando
permanentemente en este documento.
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